Ésta página ha sido creada con el propósito de compartir un poco el debatido tema de la crianza de los hijos con hombres y mujeres miembros de hogares, preocupados por la formación integral de su familia, especialmente en este tiempo cuando los valores están en crisis.
Hoy por hoy, cuando observamos el deterioro entre la relación padres e hijos, y se nota que son más adversarios que aliados, sentimos la necesidad de rescatar la autoridad como padres en la crianza de los hijos, se pudiera pensar, que es muy fácil para los hijos juzgar y señalar a sus padres "hoy hijos, mañana padres"; sin embargo, el error de los padres no es motivo para que los hijos se rebelen.
Los miembros de la familia deben ser aliados, no adversarios. "El que detiene el castigo, a su hijo aborrece", éste es uno de los más famosos proverbios de Salomón rey de Israel, según las sagradas escrituras. En este libro práctico, el castigo es considerado como una forma de amor, como también considera que los padres que no disciplinan a sus hijos corren el peligro de arruinarlos. "La vara y la corrección dan sabiduría, más el muchacho consentido avergonzará a su madre" Prov.29:15; ésta es sólo una muestra acerca del tema de la crianza de los hijos.
"Vara y corrección", es una comparación literal con el aliento y la enseñanza verbal, ya que como hijos de Dios, recibimos sus palabras a través de la Biblia, y como padres enseñamos aquellos hechos de la vida que se repiten una y otra vez; así como Dios Padre nos ruega: "Oye hijo mío"; la madre tiene palabras de igual importancia:
"Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre" Prov. 1:8
"Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, y no dejes la enseñanza de tu madre" Prov. 6:20
Se deja entrever, la conversación cálida entre Padre e hijo; una y otra vez, se advierte que los padres e hijos no deben ser adversarios, sino aliados en la vida, en la que se enorgullecen unos de otros; "Corona de los viejos son los nietos, y la honra de los hijos sus padres" Prov. 17:6
Hoy por hoy, cuando observamos el deterioro entre la relación padres e hijos, y se nota que son más adversarios que aliados, sentimos la necesidad de rescatar la autoridad como padres en la crianza de los hijos, se pudiera pensar, que es muy fácil para los hijos juzgar y señalar a sus padres "hoy hijos, mañana padres"; sin embargo, el error de los padres no es motivo para que los hijos se rebelen.
Parte de la vida de los hijos está en sus padres, pero somos las primeras generaciones de padres decididos a no repetir con los hijos los errores de nuestros padres; y en el esfuerzo de abolir los abusos del pasado, somos los más dedicados y comprensivos, pero a la vez los más débiles e inseguros que ha dado la historia; lo grave es que estamos lidiando con los hijos más igualados, rebeldes y manipuladores...
Parece que nuestro intento por ser los padres que quisimos tener se invierte; así, somos los últimos hijos regañados por los padres y los primeros padres reprimidos por los hijos; los últimos que le tuvimos miedo a los padres y los primeros que le tememos a los hijos; los últimos que crecimos bajo el mando de los padres y los primeros que vivimos bajo el yugo de los hijos. Se ha dicho, que padres e hijos no deben ser adversarios sino aliados... El autoritarismo del pasado llenó a los hijos de temor hacia sus padres, la debilidad del presente los llena de miedo y menosprecio al vernos tan débiles y perdidos como ellos.
Los hijos necesitan percibir que durante la niñez estamos a la cabeza de sus vidas como líderes capaces de sujetarlos cuando no se pueden sostener, y de guiarlos mientras no saben para dónde van. Si bien, el autoritarismo aplasta, el permisivismo ahoga, "los padres que no disciplinan a sus hijos, corren el riesgo de arruinarlos"; podríamos evitar que las nuevas generaciones se ahoguen en el descontrol y hastío en la que se está hundiendo una sociedad que parece ir al vacío; en la medida que el permisivismo reemplaza al autoritarismo, los términos de las relaciones familiares han cambiado en forma radical, adversarios y no aliados.
En la medida que las fronteras jerárquicas entre padres e hijos se han ido desvaneciendo, hoy los buenos padres son los que logran que sus hijos los amen, aunque poco los respeten; y son los hijos quienes ahora esperan que sus padres le respeten sus ideas, sus gustos, sus apetencias, su forma de actuar, de vivir, como quien dice: los roles se invirtieron y son los padres quienes tienen que complacer a sus hijos para ganárselos y no a la inversa como en el pasado. Esto explica el esfuerzo que hacen hoy padres y madres por ser los mejores amigos y parecerles chévere a sus hijos.
De la relación padres e hijos, ¿Qué será entonces más eficaz en la crianza de los hijos? la disciplina y la instrucción o el permisivismo moderno...


Irma Fermeño

Dios es Modelo

Cada amanecer es una Esperanza

La Disciplina es Amor
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